Durante las últimas semanas hemos estado centrándonos en la emoción de la calma, dentro de mi programa de educación emocional.
Un de las actividades que hemos realizado ha sido la botella de la calma. La botella o frasco de la calma es una actividad basada en la pedagogía de María Montessori. Según estudios, mientras que el niño observa la caída del brillo, de la purpurina, puede organizar y centralizar su sistema nervioso. Al agitar la botella todo se "revoluciona" igual que nuestro cuerpo cuando se enfada, pero poco a poco el brillo va cayendo más despacio, haciendo que el enfado se vaya controlando y disipando.
Cada niño ha realizado su botella para llevarla a casa y hemos hecho una para incorporarla a nuestro rincón de las emociones y tenerla siempre en clase.
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