Terminamos el proyecto de una manera mágica, los niños y niñas se convirtieron en narradores para regalar a los mayores del centro de día un precioso cuento con sombras "¿A qué sabe la luna?".
Con figuras realizadas con catulina y mucha ilusión, prepararon una función llena de creatividad, risas y emoción. Los abuelos y abuelas disfrutaron viendo cómo, detrás de una simple tela iluminada, aparecían personajes que cobraban vida gracias a los peques.
Más allá del espectáculo, esta experiencia fue un encuentro intergeneracional donde el arte nos unió, acercando dos generaciones a través del juego, la ternura y la magia del teatro.
Porque compartir lo que aprendemos también es una forma de cuidar y dar cariño.
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