Voy a proporcionarles recursos, estrategias y herramientas para gestionar el enfado y poder calmarse, o simplemente para poder experimentar esta emoción y sentirla. Hemos incorporado algunos elementos que nos ayudarán a ello en el rincón de las emociones y nos hemos iniciado en el mindfulness. Realizaremos prácticas de mindfulness en nuestra clase durante 5 ó 10 minutos, incorporándolo a la rutina de nuestra clase.
La práctica del mindfulness (conciencia plena, atención plena) tiene muchos beneficios:
- Mejora la concentración.
- Desarrollan la habilidad para regular sus emociones, fomentando estados de calma.
- Experimentan reducción del estrés y ansiedad (si, sí, los niños también tienen estrés y ansiedad)
- Mejoran su autocontrol y autoconcepto.
- Son más conscientes de sí mismos, de su cuerpo, de sus emociones, pensamiento y conducta.
- Mejora la escucha activa y la empatía.
- Aumenta su conciencia de cuerpo, por lo que permite desarrollar habilidades de cuidado de la salud.
- Obtienen mayor equilibrio emocional y psicológico
- Les permite entrenar la habilidad de atender al presente.
. Permite desarrollar la resiliencia, etc.
Otra de las actividades que hemos realizado ha sido la botella de la calma. La botella o frasco de la calma es una actividad basada en la pedagogía de María Montessori. Según estudios, mientras que el niño observa la caída del brillo, de la purpurina, puede organizar y centralizar su sistema nervioso. Al agitar la botella todo se "revoluciona" igual que nuestro cuerpo cuando se enfada, pero poco a poco el brillo va cayendo más despacio, haciendo que el enfado se vaya controlando y disipando. Cada niño ha realizado su botella para llevarla a casa y hemos hecho una para incorporarla a nuestro rincón de las emociones y tenerla siempre en clase.
La práctica del mindfulness (conciencia plena, atención plena) tiene muchos beneficios:
- Mejora la concentración.
- Desarrollan la habilidad para regular sus emociones, fomentando estados de calma.
- Experimentan reducción del estrés y ansiedad (si, sí, los niños también tienen estrés y ansiedad)
- Mejoran su autocontrol y autoconcepto.
- Son más conscientes de sí mismos, de su cuerpo, de sus emociones, pensamiento y conducta.
- Mejora la escucha activa y la empatía.
- Aumenta su conciencia de cuerpo, por lo que permite desarrollar habilidades de cuidado de la salud.
- Obtienen mayor equilibrio emocional y psicológico
- Les permite entrenar la habilidad de atender al presente.
. Permite desarrollar la resiliencia, etc.
Otra de las actividades que hemos realizado ha sido la botella de la calma. La botella o frasco de la calma es una actividad basada en la pedagogía de María Montessori. Según estudios, mientras que el niño observa la caída del brillo, de la purpurina, puede organizar y centralizar su sistema nervioso. Al agitar la botella todo se "revoluciona" igual que nuestro cuerpo cuando se enfada, pero poco a poco el brillo va cayendo más despacio, haciendo que el enfado se vaya controlando y disipando. Cada niño ha realizado su botella para llevarla a casa y hemos hecho una para incorporarla a nuestro rincón de las emociones y tenerla siempre en clase.
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