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lunes, 24 de abril de 2017

NUESTRAS EMOCIONES: LA CULPA

La emoción de culpa en los niños no es algo innato, no nacemos con ella. Aprendemos a sentirnos culpables de las cosas que hacemos o decimos a medida que crecemos y aprendemos de las situaciones sociales que vivimos. Se trata de una emoción que se construye paulatinamente y que tiene que ver con el desarrollo moral que el niño va construyendo a lo largo de su vida, pero sobre todo el sentimiento de culpabilidad tiene mucho que ver con el estilo parental bajo el que ha sido educado.
Desde pequeños aprendemos a culpar a los demás para no sentirnos mal o a culparnos a nosotros mismos de casi todo lo que sucede. Los mensajes que recibimos de las personas significativas en nuestra vida y hace que crezca en nosotros un sentimiento de culpabilidad en mayor o menor medida.
Tenemos que tener muy en cuenta que no es lo mismo responsabilizar que culpar. Cierto es que debemos educar a nuestros niños en lo que está bien y en lo que no, establecer normas y límites que les ayuden a comprender las consecuencias de sus acciones, pero debemos hacerlo desde la responsabilidad y no desde la culpa.
La culpa, tal y como representa la ilustración, es un peso enorme que nos hace sentir muy mal. Y lo peor, es que, a veces, nos sentimos culpables por algo que hemos hecho sin intención. Por tanto, lo importante cuando cometemos un error, cuando nos equivocamos, hay que reflexionar, analizar, pensar qué ha ocurrido, buscar una solución y pedir perdón si hemos hecho daño a alguien.En definitiva, aprender e intentar mejorar. 


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